Una realidad a la que se enfrentan los apicultores es al asecho de alguno animales a sus granjas, quienes finalmente terminan destruyendo las colmenas con el fin de comer su miel.
Sin embargo, un apicultor de origen ruso decidió unirse a su ‘enemigo’, pero antes de esto, intentó de todo para evitar que los osos visitaran su granja, desde jaulas de metal o incluso bocadillos para que ignoraran la miel.
Ibrahim Sedef, aprovechó las habilidades gustativas y olfativas de los osos para que escogieran la miel, así los convirtió en sus catadores más estrictos para vender sus productos pero no solo eso, el turco decidió hacer publicidad con sus catadores.
¿Pero cómo funciona esto? Sedef instaló cámaras nocturnas con cuatro muestras del tipo de miel que produce, desde la más sencilla hasta la más cara y la sorpresa fue que los osos son exigentes ya que no tocaron la miel de cerezo que es la más barata, pero la variedad Anzer es la que vende por 275 euros el kilo.
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