Fue hace 32 años cuando la solidaridad humana se unió para levantar a México, cuando arrebató miles de vidas humanas.
Hoy una nueva generación le ha tocado vivir lo mismo que en el terremoto de 1985 y la ayuda humana nos muestra que los verdaderos héroes no tienen capa.
Aunque el dolor de los mexicanos sigue también nos ha levantado con fuerza para salvar vidas humanas y la solidaridad que se reflejan en estas imágenes nos devuelven la fe en nosotros mismos, podrá existir maldad, pero lo que se ha vivido en las últimas horas es maravilloso.
Ni la lluvia detuvo la ayuda.
Hasta los que menos tienen están dispuestos a ofrecer de corazón y ayudar.
Y qué decir de las personas de la tercera edad o con alguna discapacidad, admirable.
Esto demuestra que la edad no es un impedimento para ayudar incluso un pequeño levanta un pedazo de piedra.
No importa qué tipo de ayuda se ha ofrecido, hasta tacos al pastor se han donado.
Así regresaban a casa los voluntarios.
Y para la ayuda en viveres muestran su apoyo con mensajes de aliento.
El día de ayer y hoy siguen sucediendo historias de valentía, fuerza y unión. Lo importante de nuestra gente es que si bien no somos los más adelantados tecnológicamente la calidad humana nos hace más valiosos, tanto que hasta sobraban manos.
