La sismóloga Lucy Jones ha pasado más de 15 años intentando demostrar el peor escenario posible de un probable terremoto de 8.2 grados que ocurrirá en el sur de California, de acuerdo a sus datos, habrá miles de carencias si no se hace nada para estar preparados.
De acuerdo a los datos, el eje de la tierra se inclinará más al eje terrestre, acortando su longitud día a día, la autopista 10 desaparecerá, servicios como agua, gas natural y líneas eléctricas estarán destruidos, no habrá agua potable, ni transportes y por supuesto habrá incendios que acabarían con la ciudad.
La experta ha intentado llegar a funcionarios, sectores privados y sociedad en general, para prevenirlos y estar preparados para la catástrofe.
Aunque algunas ciudades como Los Ángeles, han tomado precauciones, y han desarrollado infraestructuras y políticas para la prevención de este tipo de desastres, otros no han tomado en serio las palabras de la sismóloga.
El posible terremoto, se debe a que en la falla de San Andrés, que recorre a California de norte a sur a lo largo de 800 millas, en la sección sur no se ha producido un sismo cerca de 300 años, por lo cual, los registros geológicos indican que esta sería la causante de un gran terremoto con una periodicidad de aproximadamente 150 años.
Es decir, mientras no haya un terremoto, la presión en las fallas sísmicas se sigue acumulando, en este caso, la falla de San Andrés es capaz de producir terremotos con una magnitud en la escala de Richter.
California tiene más de 300 fallas y por eso existe el riego de que ocurra uno de gran magnitud en la falla de San Andrés que haga que estas se quiebren, causando un daño irreversible y probablemente desastroso.
En un tuit reciente, la experta declaró que su objetivo con dar a conocer los posibles daños del sismo, no es causar pánico en la población sino “inspirar acción para evitar que los escenarios se conviertan en una realidad. Tenemos el poder de cambiarlo”.
