Bajo los efectos de la metanfetamina una joven de Carolina del Sur en Estados Unidos, llamada Kaylee Muhart, se sacó los ojos usando sus manos.
La joven de 20 años escuchó voces que la orillaron a sacarse los ojos y fue frente a una iglesia que ocurrió la escena de terror que testigos narran no podían detenerla, hasta que rescatistas la inmovilizaron y trasladaron al hospital Greenville Memorial.
En el hospital no pudieron salvarle los ojos, solamente limpiaron las cuencas para evitar infecciones. Médicos señalaron que la metanfetamina que tomó probablemente estaba mezclada con otro químico, lo que causó alucinaciones.
Katy Tompkins, la madre de la joven, aseguró que su hija llevaba tomando metanfetaminas desde hace seis meses y además inició una campaña en GoFoundMe para recaudar dinero y que Kaylee adquiera un perro guía.
“Si la historia de Kaylee puede ayudar a una sola persona, algo bueno puede venir de esta tragedia en nuestra familia. Cuanto antes podamos proporcionarle a Kaylee un perro guía, más rápido podremos ayudarla a recuperarse”.